En abril de 2022, el entonces presidente Pedro Castillo inauguró la nueva refinería de Talara, con la esperanza de que Petroperú comenzara su recuperación tras una crisis financiera. Sin embargo, dos años después, la planta aún no está operativa al 100%, y sus pérdidas siguen aumentando. En diciembre de 2023, la refinería fue inaugurada nuevamente por la presidenta Dina Boluarte, pero todavía no estaba completamente funcional, ya que faltaba la unidad de flexicoking, crucial para procesar crudos más pesados.
A principios de este año, Petroperú anunció que la unidad de flexicoking estaba operativa, pero poco después informó que se había paralizado debido a fallas, aunque el resto de las unidades funcionaban. Oliver Stark, el nuevo presidente de la compañía, indicó que esta unidad retomaría su operación en agosto. Según el documento de Análisis y Discusión de la Gerencia al II Trimestre 2024, Petroperú registró una pérdida neta de US$452 millones hasta junio, un 18.94% más que en junio de 2023. La pérdida acumulada alcanzó los US$1,516 millones en el primer semestre de 2024.
Las pérdidas de este año se atribuyen a varios factores, como la disminución de ventas de combustibles debido a la competencia, el incremento de gastos operativos y de mantenimiento, y mayores gastos financieros por intereses de bonos y préstamos. Además, la estabilización de la nueva refinería de Talara ha generado más gastos. La liquidez de la compañía se ha reducido por la menor generación de efectivo y el aumento del pasivo corriente, incluyendo mayores cuentas por pagar y financiamiento para capital de trabajo.