COREA DEL NORTE. Trump volvió a hacer Historia con otro de sus sorprendentes golpes de efecto. El sábado, desde la cumbre del G-20 en Osaka, se había citado con Kim Jong-un por Twitter y ayer se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en poner un pie en Corea del Norte.
En una reunión preparada de improviso, Trump y Kim se encontraron en la frontera cerrada del Paralelo 38, que separa a las dos Corea desde el final de la guerra que enfrentó al Norte comunista con el Sur capitalista y con EE.UU. entre 1950 y 1953. Con su característico traje «tipo Mao» oscuro y una amplia sonrisa en el rostro, allí le estaba esperando para darle la mano Kim Jong-un, quien le invitó a entrar en su país, el más hermético y aislado del mundo y al que la Casa Blanca prohíbe ir. Como ya había avanzado al término del G-20 en Japón, Trump no dudó en dar un paso histórico sobre el bordillo que sirve de línea divisoria. Acompañado del joven dictador, caminó brevemente por el lado norcoreano, rodeado de fotógrafos y cámaras de televisión que no paraban de inmortalizar tan simbólico momento, algo impensable hace dos años, cuando sus países estaban al borde de la guerra.
«Cruzar esta línea es un gran honor. Se han alcanzado muchos progresos… Esta es una amistad particularmente grande», se congratuló Trump, quien sentenció que «es un gran día para el mundo». Sonriendo con satisfacción, Kim Jong-un le respondió que su visita «es una expresión de su voluntad para acabar con el desgraciado futuro y entrar en un nuevo futuro», según informa la agencia surcoreana Yonhap.
Tras su histórica cita en el Paralelo 38, mantuvieron una reunión a puerta cerrada organizada por el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, auténtico impulsor del diálogo con el régimen comunista de Pyongyang. En esta entrevista, que duró unos 50 minutos, ambos acordaron reiniciar las conversaciones sobre el desarme nuclear norcoreano, que estaban bloqueadas desde el fracaso de la cumbre de Vietnam en febrero. Poco después, el secretario de Estado, Mike Pompeo, confirmaba en la base aérea de Osan que los contactos empezarán a mediados de julio, recoge Yonhap. Lo que no se sabe es quién encabezará la delegación norcoreana en las negociaciones, ya que hay sospechas de que sus responsables han sido purgados por el fiasco con que acabó la cumbre de Vietnam. Entre ellos destaca el exembajador de Corea del Norte en España, Kim Hyok-chol, quien no ha sido visto en público desde hace varias semanas. Aunque el periódico surcoreano «Chosun Ilbo» publicó recientemente que había sido ejecutado, es imposible saberlo y la CNN ha difundido que está vivo, pero bajo custodia.
Aunque en la reunión de Trump y Kim no hubo más anuncios importantes, el mero hecho de que un presidente estadounidense se encuentre con un dirigente norcoreano en el Paralelo 38 es ya una gran noticia. Mientras los antecesores de Trump visitaban este lugar con cazadoras de camuflaje para atisbar dentro de Corea del Norte con prismáticos y rodeados de guardaespaldas y soldados, él lo ha hecho con traje y de la mano de Kim Jong-un.
Con esta visita, ambos han reabierto las comunicaciones tras el fiasco de Hanói. Sorprendiendo a todo el mundo una vez más, Trump se marchó de improviso al no llegar a un acuerdo con Kim sobre el levantamiento de las sanciones internacionales a cambio del cierre de sus instalaciones atómicas. A pesar de aquel plantón, parece que sigue habiendo buena química entre los dos.