Desde conflictos armados hasta crisis ambientales, su ética y valentía fortalecen la democracia y garantizan una sociedad mejor informada
Cada 1 de octubre, el Perú celebra a quienes se dedican a una de las actividades más influyentes dentro de la sociedad: el periodismo. Esta conmemoración remonta sus orígenes a la publicación del Diario de Lima, fundado por Jaime Bausate y Meza en 1790. Este hecho marcó el nacimiento del periodismo en el país, siendo el primer medio de comunicación de aparición regular en el territorio peruano.
La oficialización de la fecha ocurrió en 1953, luego de que la Federación de Periodistas del Perú, durante su Primer Congreso Nacional en 1950, propusiera la celebración. El gobierno de turno emitió el Decreto Supremo 2521, estableciendo así el reconocimiento anual a los periodistas peruanos. Estos profesionales no solo informan a la sociedad, sino que, en diversas ocasiones, arriesgan sus vidas en nombre de la verdad. Entre ellos, algunos se han convertido en referentes históricos y profesionales cuya labor es recordada con especial admiración. A continuación, algunos de los periodistas peruanos más destacados, cuyas historias siguen inspirando a las nuevas generaciones.
Federico Barreto
El poeta tacneño Federico Barreto fue finalmente sepultado en Tacna, tras ser repatriado desde París, donde había fallecido en 1929. Nació en Tacna el 8 de febrero de 1868, es otro de los grandes referentes del periodismo peruano. Vivió en una época compleja, marcada por la ocupación chilena de la ciudad de Tacna tras la Guerra del Pacífico. Durante ese periodo, Federico Barreto luchó incansablemente por la peruanidad de los territorios ocupados, destacándose no solo como poeta sino también como periodista.
Fue cofundador de publicaciones como el semanario El Progresista y el diario La Voz del Sur, medios que se convirtieron en baluartes de la defensa de la identidad peruana en las zonas ocupadas por Chile. A lo largo de su carrera, Barreto trabajó para mantener viva la cultura y la historia del Perú, incluso en un contexto de hostilidad. La destrucción de las imprentas que publicaban sus diarios en 1911 por parte de turbas chilenas no detuvo su lucha por la justicia histórica.
Su obra literaria, junto con su labor periodística, dejó una marca profunda en la historia del país. El poeta murió en Marsella, Francia, el 30 de octubre de 1929, el mismo año en que Tacna volvió al Perú, un retorno que simbolizaba el cumplimiento de su lucha.
Bárbara D’Achille
El trabajo de Bárbara D’Achille en pro de la conservación del medio ambiente en Perú sigue siendo una fuente de inspiración y reconocimiento. Es recordada por su profundo compromiso con el periodismo ecológico. Nació en Letonia el 2 de marzo de 1941, aunque más tarde adquirió la nacionalidad italiana. Llegó a Perú a los 20 años, y desde ese momento dedicó su vida a la protección del medio ambiente y a la divulgación de la problemática ecológica.
Sus reportajes no se limitaron a un escritorio. D’Achille viajaba personalmente a zonas remotas, en muchos casos peligrosas, para reportar sobre la conservación de la biodiversidad peruana. Uno de esos viajes la llevó a Huancavelica, en 1989, donde junto al ingeniero Esteban Bohórquez se vio enfrentada a miembros de Sendero Luminoso. Durante un interrogatorio, la negativa de Bárbara a realizar una entrevista política para el grupo armado resultó en su trágico asesinato. Este hecho impactó profundamente al periodismo peruano, pero también la consagró como pionera del periodismo ambiental en el país.
Su legado perdura en el reconocimiento de la importancia de preservar los recursos naturales y en la valentía que mostró al enfrentar los riesgos inherentes a su trabajo. La memoria de D’Achille continúa inspirando a quienes siguen sus pasos en la protección de la naturaleza a través de la labor periodística.
Marco Aurelio Denegri
Marco Aurelio Denegri fue un referente intelectual y conductor de televisión que marcó generaciones con su programa «La función de la palabra». Uno de los intelectuales más prolíficos del periodismo peruano fue Marco Aurelio Denegri, quien nació el 16 de mayo de 1938 en Lima. Su carrera abarcó diversas disciplinas, convirtiéndose en una figura reconocida por su amplio conocimiento en áreas como la sexología, la sociología y la lingüística.
Desde una temprana edad, mostró una inclinación por la lectura, influenciado por su padre, un destacado intelectual que dirigió el colegio Guadalupe. Su formación autodidacta lo llevó a convertirse en un polígrafo, es decir, un estudioso de múltiples campos del saber.
Marco Aurelio fue un defensor acérrimo de la lectura y la investigación profunda. A lo largo de su carrera televisiva, que se extendió por casi cinco décadas, fue el conductor de programas como La hora sexológica y La función de la palabra, en los cuales entrevistaba a importantes intelectuales de la época.
El periodista falleció el 27 de julio de 2018, pero dejó un mensaje claro para las nuevas generaciones: la importancia de la lectura y la investigación como herramientas fundamentales para el desarrollo intelectual. Su crítica al uso excesivo de la tecnología y la falta de análisis profundo en la información sigue vigente en el debate actual sobre el estado del periodismo y la educación.
“Que la juventud empiece a leer más, esa prótesis de los jóvenes con el celular y la computadora ya no vale. No hay un desarrollo intelectual porque ya no se investiga. Muchos de los adolescentes encuentran las cosas rápidas por internet y por eso no piensan. Ahora, nos estamos embruteciendo, Rosa” fueron una de las últimas lecciones que dejaba el maestro a las futuras generaciones.
Mariana Sánchez Aizcorbe
La periodista peruano-norteamericana Mariana Sánchez-Aizcorbe conoce el “monstruo” de la guerra por dentro. En un entorno predominantemente masculino, Mariana Sánchez Aizcorbe se destacó como una de las pocas mujeres peruanas corresponsales de guerra. A lo largo de su carrera, cubrió conflictos en diversas partes del mundo, exponiéndose a situaciones de riesgo extremo en busca de la verdad.
Sánchez Aizcorbe estuvo presente en los momentos más críticos de la historia reciente, reportando desde el frente de batalla. Durante sus primeros años como corresponsal de guerra, tuvo el apoyo de periodistas experimentados que le ofrecieron orientación y seguridad en situaciones de gran peligro. Esto le permitió desarrollar una carrera sólida y respetada en el periodismo internacional.
La corresponsal peruana considera que todas las guerras son devastadoras, pero recuerda especialmente la primera vez que se enfrentó a un conflicto armado. Esa experiencia la marcó profundamente, no solo por la magnitud de la violencia, sino por el aprendizaje que adquirió en el campo.
María Jesús Alvarado
Alvarado rompió barreras de género y defendió los derechos civiles y políticos de las mujeres, marcando un antes y un después en la lucha feminista. Es considerada la primera feminista del Perú y una de las figuras más importantes en la historia del periodismo y el activismo social. Nació en 1878 en Chincha Baja, en una época en la que las oportunidades para las mujeres eran limitadas. A pesar de ello, desde muy joven, inició una lucha por los derechos de las mujeres, los niños, la clase obrera y los indígenas.
En su carrera periodística, María Jesús colaboró en medios como El Diario, El Comercio y La Prensa, desde donde impulsó la reivindicación de los derechos de las mujeres. Su obra más importante, “El Feminismo”, escrita en 1911, introdujo en el debate público peruano conceptos como la tiranía del patriarcado y la necesidad de otorgar igualdad de derechos civiles y políticos a las mujeres. Además, se destacó no solo como periodista, sino también como educadora y escritora, y su legado sigue presente en los movimientos feministas actuales del país.
Tomado de INFOBAE