Un surfista de 57 años murió tras ser atacado por un tiburón de gran tamaño mientras practicaba surf con amigos.
El ataque fue repentino y brutal: la víctima desapareció bajo el agua junto a su tabla, y cuando fue rescatado, presentaba amputaciones en varias extremidades y una grave pérdida de sangre, lo que impidió salvarle la vida.
Las autoridades cerraron varias playas cercanas como medida preventiva y activaron un operativo para investigar el caso.