Pese al crecimiento económico de Perú en 2024, el país aún enfrenta desafíos importantes. Según Nelson Valero, vicepresidente senior de Riesgo Estratégico para Latam de Marsh McLennan, la desaceleración económica sigue siendo un riesgo latente, junto con delitos como el lavado de activos y la extorsión, que afectan no solo a grandes empresas, sino también a pequeños comerciantes y emprendedores. Su análisis, basado en un informe para el Foro Económico Mundial, destaca cómo la fragmentación global y las tensiones geopolíticas impactan la economía peruana.
Además, la inestabilidad económica internacional y el aumento de regulaciones comerciales generan incertidumbre para Perú. Valero señaló que en 2017 se emitieron 600 normas sobre aranceles y restricciones económicas, mientras que en 2023 la cifra superó las 3,000, lo que podría afectar la competitividad del país. Estas regulaciones pueden traducirse en sanciones comerciales o en la llegada masiva de productos de mercados restringidos, impactando a la industria local.
Por otro lado, el contexto político de 2025, año preelectoral en Perú, traerá consigo debates sobre desigualdad social, acompañados del riesgo de desinformación. Valero advirtió que el uso de tecnologías como la inteligencia artificial podría distorsionar la percepción pública y generar manifestaciones a favor o en contra de distintas posiciones políticas. En este escenario, el manejo de la información y la estabilidad económica serán claves para el futuro del país.