De acuerdo con el informe ‘El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2022’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la priorización y una mejor integración del pescado y los productos pesqueros en las estrategias y políticas mundiales, regionales y nacionales relacionadas con los sistemas alimentarios deberían constituir una parte esencial de la transformación necesaria de nuestros sistemas agroalimentarios.
En ese contexto, añade, la acuicultura tiene un gran potencial para alimentar y nutrir a la creciente población mundial, pero el crecimiento debe ser sostenible. Y el Perú no es ajeno a esta tendencia y busca aprovechar sus recursos naturales. Con el objetivo de aumentar la competitividad, la inversión y la innovación tecnológica de la actividad acuícola en el país, la semana pasada el Poder Ejecutivo publicó, mediante Decreto Supremo N° 001-2023-Produce, la Política Nacional de Acuicultura al 2030.
La Política Nacional de Acuicultura al 2030 será implementada con la participación de las diferentes dependencias públicas y privadas vinculadas con el desarrollo de la actividad, en los tres niveles de gobierno, precisa la viceministra de Pesca y Acuicultura, Desilú León Chempén, en declaraciones al Suplemento Económika del Diario El Peruano.
Estas entidades velarán por el cumplimiento de los objetivos estratégicos establecidos para superar la limitada competitividad de la cadena de valor de la actividad acuícola, y desarrollar una acuicultura sostenible, resiliente al cambio climático y diversificada, incrementando el valor de sus ventas totales, contribuyendo a la seguridad alimentaria y la mejora de la calidad de vida de la población.