Después de la pandemia, América Latina y el Caribe experimentaron una recuperación y posterior estabilización del mercado laboral. Esto permitió una reducción en la tasa de desocupación, que pasó del 6,5% en 2023 al 6,1% en 2024, con una tasa de ocupación del 58,9%. Sin embargo, los niveles de empleo y participación laboral siguen siendo inferiores a los de 2012, reflejando un crecimiento insuficiente, afectado por la informalidad laboral, desigualdades de género y altas tasas de desempleo juvenil.
En Perú, la tendencia regional se mantiene con una estabilización en 2023, pero un leve retroceso en 2024, con una tasa de desocupación del 5,3% frente al 5,1% del año anterior. La tasa de ocupación cayó de 66,3% en 2023 a 65,8% en 2024, mientras que la participación laboral bajó a 69,5%. Además, el país enfrenta un alto nivel de informalidad, con un 72%, casi el doble del promedio regional del 47,6%, superando a países como Ecuador y Paraguay.
Otro desafío es el impacto de las políticas migratorias en EE. UU., especialmente con la gestión de Donald Trump, que podría aumentar el retorno de migrantes a América Latina y el Caribe, presionando aún más los mercados laborales. La región, que ya enfrenta un crecimiento acelerado del flujo migratorio, debe fortalecer sus servicios públicos de empleo y sistemas de información para atender esta demanda y mitigar sus efectos en la economía laboral.