El cabecilla terrorista de Sendero Luminoso Abimael Guzmán Reinoso falleció a la edad de 86 años. Él se encontraba recluido cumpliendo una condena a cadena perpetua al ser responsable de la muerte de más de 30 mil peruanos, entre civiles, policías y militares, según lo determinó la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Abimael Guzmán se encontraba recluido en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao. Precisamente este centro informó, a través del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), que la muerte del terrorista ocurrió al promediar las 6:40 a.m. de este sábado 11 de septiembre debido a complicaciones en su estado de salud.
“El jefe de ese centro de reclusión hizo de conocimiento al comité técnico del Cerec sobre este hecho, y conforme corresponde se ha comunicado al Ministerio Público para las diligencias de ley”, se lee en un comunicado.
El fallecimiento de Abimael Guzmán se da en la víspera de cumplirse 29 años de su histórica captura, ocurrida el 12 de septiembre de 1992 en una casa del distrito de Surquillo, gracias al trabajo de un equipo liderado por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), de la Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú.
A los pocos días de su captura, el cabecilla de Sendero Luminoso fue presentado ante los medios de comunicación peruanos y extranjeros vistiendo un traje a rayas con el número 1509 y al interior de una jaula de gran tamaño.
A pesar de su condición de detenido, el terrorista no desaprovechó la ocasión para gritar arengas a favor del grupo subversivo y en contra del gobierno de ese entonces, al mando del expresidente, hoy encarcelado por delitos de lesa humanidad Alberto Fujimori.
Complicaciones en su estado de salud
Abimael Guzmán fue trasladado el pasado 20 de julio desde su centro de reclusión en la Base Naval a un hospital cercano debido a inconvenientes en su estado de salud. En un comunicado, el Cerec detalló que Guzmán fue sometido, el 19 de julio, a una nueva revisión médica especializada en geriatría a cargo del personal del Ministerio de Salud (Minsa). Él había sido atendido días atrás por presentar “inapetencia recurrente” y “presión baja”.
El cabecilla de Sendero Luminoso rechazó ser trasladado nuevamente a un centro médico, pese a que los resultados de sus exámenes de laboratorio previamente realizados concluyeron que necesitaba atención médica especializada. Sin embargo, tras conversar con su abogado defensor, el interno fue trasladado de forma voluntaria en una ambulancia SAMU a un hospital cercano al Cerec, donde recibió atención médica.
Reacciones tras la muerte de Abimael Guzmán
Jorge Montoya, congresista de Renovación Popular: “Lo que corresponde es enterrarlo de la manera más rápida y discreta posible, para que no se presente ninguna manifestación de apoyo ni de cólera. Se debe dar trámite lo más rápido que se pueda”.
Betssy Chávez, congresista de Perú Libre: “El terrorista Abimael Guzmán murió derrotado. Cumpliendo la pena de la justicia peruana. Es tarea nuestra inculcar a que las nuevas generaciones trabajen por el Perú solo en democracia y nunca en extremismos”.
Fernando Rospigliosi, exministro del Interior: “En mi opinión, lo que debería hacerse es cremarlo y echar sus cenizas al mar. De ninguna manera debe darse lugar a un funeral como cualquier persona normal ni que se vaya a convertir su tumba en una suerte de lugar de peregrinación de terroristas”.
Carlos Morán, exministro del Interior: “Con su muerte no se borran las miles que produjo Sendero Luminoso en la historia del Perú. Esperamos que con su muerte acabe esta macabra ideología. Solo así podremos decir que hemos derrotado a Sendero Luminoso. Ha muerto un criminal. Ha muerto un asesino, un dirigente de una organización terrorista”.
Fuente: Diario El Comercio