El viernes 29 de diciembre de 2006, Guillermo Bermejo Rojas era intervenido por la Policía en su casa de Lince. Informes de Inteligencia comprometían al hoy congresista de Perú Libre con programados atentados, uno de ellos contra la casa del embajador de Estados Unidos en Lima. La fuente no podía ser más confiable: era un exradical al que Bermejo le informaba sus planes, ideas y hasta le pedía consejos para continuar con su lucha popular.
Este personaje, ahora fallecido, se acercó voluntariamente a la Dircote y a la Interpol para colaborar desde 2005. Era conocido como Javier Antonioni y supo cada paso que dio el ahora congresista para buscar al Militarizado Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (MPCP-SL) que opera en el Vraem y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y unirlas a la revolución latinoamericana.
El informante tenía contacto con Bermejo y con varios de los actuales integrantes del actual partido de gobierno. En la primera quincena de julio de 2006 a través del camarada Jano, un ciudadano chileno, se realizó la primera conexión. Pasaron unas semanas para que el vínculo entre ambos se fortalezca y coordinen su primera acción juntos: una marcha contra la embajada de Israel en Lima.
Bermejo le contaba a Antonioni todos sus movimientos sin sospechar y este, a su vez, le informaba de esos detalles a la Policía en escritos hechos a puño y letra que eran corroborados al milímetro y a través de correos electrónicos. Guillermo Bermejo, a quien identificaban con el alias de Camilo, usaba la dirección de correo plumayfusil@hotmail.com para comunicarse con Antonioni.
Un plan para atacar la sede de la embajada de Estados Unidos en el Perú le fue revelado a Antonioni por el ahora parlamentario en setiembre de 2006, cuando ambos salían a correr. “En el mes de setiembre, todos los miércoles a las 6:00 a.m. salimos a correr y coordinamos sobre el trabajo para el futuro Frente Mariateguista de Liberación Nacional y las acciones conjuntas que vamos a realizar: pintas, volantes, atentados (casa del embajador de EE.UU., Naciones Unidas, Embajada de Colombia)”, se lee en uno de los documentos.
El acta policial del operativo de ese año detalla que otras nueve personas estaban involucradas. Una de ellas era Nancy Obregón, exlegisladora que fue investigada y apresada por narcotráfico. En esa intervención se incautó un saco de urea, artefactos pirotécnicos, una malla de camuflajes y un radio transmisor.
Según el atestado, Bermejo se había preparado con las FARC en el manejo de explosivos para la perpetración a futuro de atentados terroristas.
Con las FARC y SL
“Reunión en Colombia Guillermo 2006” es el título de un informe entregado por Javier Antonioni en el que detalla el acercamiento de Guillermo Bermejo, quien ya era conocido por las FARC a través de su movimiento Todas las Voces. El movimiento migratorio confirma que, en febrero de ese año, el ahora acusado parlamentario salió del país vía terrestre por la frontera con Ecuador.
De acuerdo al informante, Bermejo acudió a sesiones de adiestramiento político-militar junto a otros peruanos: Roque Gonzales La Rosa, exterrorista del MRTA, y Gustavo Porta, del MIR-Dignidad, que operaba en el país .
Gonzales, quien fue condenado por el secuestro y extorsión del empresario boliviano Samuel Doria Medina en 1995, dirigía la Coordinadora Continental Bolivariana-Capítulo Perú (CCB).
La CCB es una organización de izquierda con presencia en distintos países latinoamericanos que erige como figuras representativas a los expresidentes Hugo Chávez (Venezuela) y Fidel Castro (Cuba).
En el referido encuentro, la delegación de peruanos estuvo a cargo de un integrante de las FARC identificado como Josué. “A todos se les enseñó a confeccionar explosivos R1 y tácticas de guerrilla, así como intercambiar contactos y apoyo logístico en cada país”, relató el agente a la Policía.
Bermejo buscó cumplir con las órdenes que llegaban del CCB. En chats intercambiados el 9 de octubre de 2006, el hoy legislador de Perú Libre informó a Antonioni que viajaría a Bolivia invitado por el Consejo Nacional Indígena (CONAID).
En esa cita, según los informes del agente, el también conocido como ‘Che’, un alias que usó Bermejo por mucho tiempo, se reunió con Fernando Bossi, un vocero e ideólogo chavista (Ver recuadro). El plan era involucrar en un solo frente a todas las fuerzas radicales levantadas en armas, uno de ellos el MPCP-SL, es decir, los terroristas que ahora están en el Vraem.
Según Antonioni, el ahora congresista forjó más lazos. Uno de ellos fue Vladimir Cerrón, a quien también Antonioni logró infiltrar. En Bolivia, Bermejo conoció a Jenny Santander, brazo derecho del fallecido guerrillero Felipe Quispe, conocido como Mallku.
En un chat del 4 de agosto de 2008, Bermejo comenta emocionado que en Ayacucho esperaban la llegada de Mallku para un trabajo político. Bermejo advertía la presencia de tropas norteamericanas, pero aseguraba que los cumpas, en alusión a los senderistas del Vraem los van a hacer correr.
El trabajo de Guillermo Bermejo era clandestino. Buscaba relacionarse con radicales de izquierda dentro y fuera del país para imponer en el Perú la revolución que trazaba el CCB.
Eso lo llevó a reunirse con los hermanos Quispe Palomino, como lo vienen asegurando en el juicio varios testigos presenciales. Las pruebas que demuestran la relación de Bermejo con el extremismo armado fueron archivadas por el coronel PNP Max Anhuamán, quien, a su vez, cultivó a la fuente llamado Javier Antonioni.
Lo documentos originales ya se presentaron al Ministerio Público y a la Procuraduría Antiterrorismo en el juicio que actualmente afronta Bermejo por el delito de terrorismo y donde el coronel Anhuamán ha rendido amplio testimonio.
Fernando Bossi y la radio rebelde del ‘Che’
Fernando Ramón Bossi Rojas se presenta como un historiador argentino nacionalizado venezolano que, en algún momento, fuera secretario de organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos (CBP).
Este personaje es un viejo conocido de las agencias de Inteligencia peruanas. Bossi no es más que un agente del chavismo y desde 2006 busca agrupar a las izquierdas radicales para desestabilizar los regímenes democráticos e instaurar el socialismo del siglo XXI. Una fuente de Inteligencia refiere que “todas las ideas de penetración, a través de organizaciones, cumbres, asambleas, coordinadoras y movimiento en Perú y Bolivia son desarrolladas por Bossi en coordinación con el chavismo”.
El operador ha participado directamente en las campañas políticas de Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador. El Perú, hasta antes de 28 de julio, aún era una causa pendiente.
Guillermo Bermejo viajó en octubre de 2006 para reunirse con Bossi en Bolivia. Alias ‘Che’ se presentó como integrante del CBP, capítulo Perú.
Radio caída
El ahora congresista le compartió a Bossi un plan para implementar con éxito Misión Milagro y también le planteó el proyecto de la radio rebelde. El agente Antonioni informó a la Policía que Fernando Bossi quedó encantado con el proyecto que debía ser clandestino. Además, le aseguró que le informaría a Hugo Chávez de la iniciativa.
Pero la aventura radiofónica de radio rebelde duró poco. En noviembre de 2006, la Dircote intervino el inmueble donde funcionaba, en el distrito de San Juan de Lurigancho, e incautó la emisora clandestina. Bermejo tuvo que confesar que otro equipo parecido fue vendido a una organización de cocaleros y otras tres estaban en proceso de fabricación.
Bossi les ha dejado claro a todos los izquierdistas radicales que solo con las organizaciones a las que llaman del pueblo se pueden hacer cambios estructurales en los países. Estas organizaciones deben impulsar movilizaciones, crear caos y desestabilizar el orden democrático. Precisamente a las mal llamadas organizaciones del pueblo Perú Libre usará para promover un referéndum que les permita cambiar la Constitución.
La misión milagro
El movimiento bolivariano busca crear espacios y abrir plataformas para difundir sus ideales socialistas. Uno de los programas para lograr su objetivo es la misión milagro que en el Perú se ejecutó para los radicales con relativo éxito.
Este plan se resume en la labor de captar a personas, de distintos lugares del interior del país, con necesidades médicas o económicas para que puedan resolverlas en países como Venezuela y Cuba.
La misión milagro provee asistencia médica, apoyo a pequeñas empresas y becas chavistas para políticos y autoridades locales. A cambio, los beneficiados tenían que rendir pleitesía a los líderes de la izquierda radical.
En octubre de 2006, en el encuentro entre Fernando Bossi y Guillermo Bermejo, este le propone al ideólogo que la misión milagro se haga a través de los cocaleros, de los campesinos “y para esto ya estaban en coordinación con Elsa Malpartida y Nancy Obregón (dirigentes cocaleras de Tocache)”.
La misión, supuestamente humanitaria, buscaba desde aquel año llevar al Perú por la senda del socialismo populista. Ahora, 14 años después, se ven los resultados.
Fuente: Diario Perú21