Don José Luis recorre los mercados de Lince, Pueblo Libre, Breña, SJL, Surquillo, San Borja y La Molina invitando a los transeúntes a degustar su producto.
En 1977 participó en la Feria del Hogar y tuvo grandes contratos con los supermercados de la época como Monterrey y Scala. Tristemente, sus productos dejaron de ser distribuidos y ahora, a sus 90 años, recorre los mercados de Lima con termo en mano para compartir con los transeúntes el sabor de su emoliente hecho 100% con cebada y linaza.
Llegué a Lima cuando tenía, más o menos, unos 25 años para trabajar. Soy de Chiclayo, empecé vendiendo sobres de canela y otras cosas, pero luego me animé por los emolientes. Inventé mi propia fórmula y empecé a venderla al público.
«La mayoría le ponen cáscara de piña, que es sucia, y cola de caballo que, muchas veces, ni siquiera la lavan al envasar. Eso es malo para la salud. Mi emoliente tiene pura cebada y linaza, yo lo tomo dos veces al día y ¡míreme! Estoy muy bien de salud.» manifestó.
«En mi mejor momento logré ganar más de 30 mil soles en un mes por mis contratos. Vendiendo mi emoliente eduqué a mis hijos, una es médico, el otro abogado y uno más que también es profesional. Son mi orgullo.» puntualizó.