Esta última semana, Estados Unidos confirmaba el contagio por COVID-19 de un millón de personas durante las 24 horas del lunes. Una cifra que no se había reportado en ningún lugar del mundo durante esta pandemia, según un balance de la Universidad Johns Hopkins.
Por el lado de Europa, naciones como Francia y el Reino Unido alcanzaron picos de contagio de 270.000 y 200.000 en un día, respectivamente. En Australia, ómicron impulsó el aumento de contagios a casi el 78% durante un día, reduciendo drásticamente la inmunidad de la población austríaca contra el COVID-19.
En América Latina, la situación de infección por la variante ómicron generó que Argentina alcanzara un pico de 81.000 casos y Perú anunciara el inicio de su tercera ola pandémica después de registrar un aumento del 50% de casos en diciembre.
En Brasil, el segundo país del mundo más castigado por la pandemia después de Estados Unidos, los casos de COVID-19 volvieron a dispararse en los últimos días, debido a los festejos navideños y al avance de la variante ómicron.
“Vamos a tener un crecimiento de la variante ómicron como en todos los países, el problema es que aquí hacemos poca vigilancia genómica y pocos test”, aseguró preocupada la epidemióloga Ethel Maciel.
Ómicron puede crear nuevas variantes
Ante la alarma mundial por el aumento de casos por ómicron, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en todo el mundo podría aumentar el riesgo de que aparezcan nuevas variantes más peligrosas.
“Cuanto más se extienda ómicron, más se transmite y más se replica y más probabilidades tiene de generar una nueva variante”, señaló a la agencia AFP Catherine Smallwood, responsable de emergencias de la OMS.
En palabras de Smallwood, Europa registró más de cinco millones de casos nuevos en la última semana de 2021. “Estamos en una fase muy peligrosa, estamos viendo que las tasas de infección aumentan de forma muy significativa en Europa occidental y el impacto total de esto aún no está claro”, añadió.
Un pronóstico de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), publicado por la CNN, predice que en las próximas 4 semanas el COVID-19 podría acabar con la vida de alrededor de 84 mil personas en todo el mundo.
Estas proyecciones sugieren, además, que el aumento de estas muertes podría producirse a mediados de enero a consecuencia de las hospitalizaciones e irían disminuyendo de manera lenta durante al final de las 4 semanas siguientes.
“Las previsiones actuales pueden no tener en cuenta totalmente la aparición y rápida propagación de la variante ómicron o los cambios en la notificación durante las vacaciones y deben interpretarse con precaución”, aseguraron.
“Las últimas previsiones de casos mostraron una baja fiabilidad, con más casos notificados de los esperados que caen fuera de los intervalos de predicción de casos de 1, 2, 3 y 4 semanas de antelación. Por lo tanto, se seguirán recogiendo y analizando las previsiones de casos, pero no se resumirán hasta que se observen mejoras sostenidas en el rendimiento”, dijeron los CDC.
Con información de AFP y EFE