La presidenta Dina Boluarte anunció que, a partir del 1 de enero, la remuneración mínima vital (RMV) subirá a S/1130, incrementándose en S/105. Según Boluarte, esta medida busca beneficiar a los peruanos sin caer en el populismo o el oportunismo político. Sin embargo, la decisión fue tomada por el Gobierno tras no alcanzarse un consenso en el Consejo Nacional de Trabajo (CNT) sobre el nuevo monto.
David Tuesta, exministro de Economía, expresó su preocupación, afirmando que el aumento afectará principalmente a las pequeñas empresas, muchas de las cuales operan al límite entre la formalidad e informalidad. Según Tuesta, el incremento está desconectado de los problemas estructurales de la economía, como los altos niveles de informalidad. Asimismo, señaló que la RMV actual ya supera en más del 40 % el nivel que debería tener según la productividad promedio del trabajador peruano.
Tuesta destacó que el problema de fondo radica en el bajo nivel de capital humano y las trabas burocráticas que dificultan el crecimiento empresarial. Enfatizó que mejorar la educación, combatir la anemia infantil y reducir la regulación excesiva permitirían salarios más altos y empleos de calidad. Además, advirtió que el principal impacto negativo del aumento recaerá en pequeñas empresas, que enfrentan altos costos para operar formalmente, mientras que la gran empresa apenas sentirá el efecto.