La pandemia por la COVID-19, en los últimos trece meses , no solamente ha provocado muertes, sino también afectado a la salud mental de muchos peruanos. Hoy en día este tema es muy tocado por los especialistas, en la forma de como nos adaptamos y respondemos ante esta época, en la cual vivimos luchando día a día frente a una pandemia a nivel mundial.
En entrevista con OVEJANEGRA, la psicóloga Karol Agreda Contreras, nos habla sobre la capacidad de adaptación, de la fuerza interior que nos permite recuperarnos de las adversidades.
Ella, que es especialista en ansiedad, estrés, depresión, asegura que ahora que el COVID-19 ha puesto nuestro mundo al revés, estamos en el mejor momento, para trabajar una cualidad que todos podemos aprender a desarrollar: la resiliencia.
A continuación, compartimos con nuestros lectores la entrevista completa que la especialista tuvo con OVEJANEGRA desde su confinamiento en la ciudad de Trujillo, desde donde ahora también teletrabaja con su consulta de psicoterapia.
La actual pandemia trajo consigo una crisis masiva de salud mental debido a la pandemia. ¿Cuál es su opinión como especialista?
Sí, así es. Lo que vemos quienes nos dedicamos a la salud mental es un tsunami de síndromes psicológicos.
Encontramos un aumento en los problemas de adicciones. Es increíble lo que ha aumentado el nivel de consumo de alcohol o el juego online.
Y qué decir de los problemas relacionales, por un lado, hay muchas personas que están tomando decisiones vitales y que otros están aprendiendo a compartir en la convivencia, pero también hay muchísimos conflictos por la misma situación en la que nos encontramos y luchamos día a día y que eso genera muchas tensiones.
¿Qué otros retos psicológicos identifica con respecto al COVID-19?
Desde mi experiencia en las consultas, lo que más observo es un nivel de estrés muy agudo, ansiedad, angustia y mucha tristeza. Después de más de un año en confinamiento, están surgiendo dos síndromes: el «síndrome de la cabaña» y la «fiebre de la cabina»
El primero es el miedo y la ansiedad a salir a la calle; el segundo, una respuesta emocional asociada a sentimientos de angustia que sucede cuando se pasa mucho tiempo encerrado en algún lugar.
La situación de los hospitales es muy penosa. Los médicos están bajo una presión extrema porque, por un lado, no solamente son más conscientes de lo que es una epidemia, sino que además están más expuestos a ella, entonces el grado de miedo que sienten a contagiar y ser contagiados es muy alto.
Y algo que voy observando a medida que va pasando el tiempo es que muchos de ellos están desarrollando lo que llamamos en psicología un trastorno por estrés postraumático (TEPT) porque lo que están viendo y viviendo es muy duro.
Si salimos de ese entorno y nos vamos a la ciudadanía, lo que está viviendo todo el mundo es una tragedia sin precedentes. Pero también estoy encontrando muchos aspectos positivos.
¿Por ejemplo? ¿Qué cosas positivas observa en esta crisis?
Que hemos tenido que reinventarnos todos. El ser humano tiene la capacidad de reinventarse y eso es lo que estamos haciendo a pesar que la gran mayoría sufrió la perdida de un ser querido cercano.
Rescato que hay una serie de aprendizajes que también estamos teniendo todos unos mejor y otros peor para gestionar esta situación. Estamos aprendiendo a gestionar la espera, la tolerancia a la frustración, la paciencia y la comunicación. A gestionar la incertidumbre, cómo rellenamos el tiempo, si somos más o menos productivos.
Pero también estoy viendo que todos (y me incluyo) estamos más sensibles a la información, a nosotros mismos y a lo que pasa en nuestro entorno, a esa incertidumbre. Hay una serie de preguntas que nos hacemos todos: «¿Qué va a pasar después?» «¿Qué va a ser de mí?»
En ese contexto de incertidumbre se escucha cada vez más la palabra “resiliencia». ¿Qué significa y cómo puede aplicarse en una situación tan difícil como esta?
Cuando hablamos de resiliencia estamos hablando de desarrollar una personalidad resistente. Una persona resiliente es la persona que ha aprendido de la experiencia vivida, que ha superado la adversidad, la crisis, el dolor, el sufrimiento.
Se trata de cambiar el foco de atención de lo negativo a lo positivo, pero sin fantasías, con los pies en la tierra. Eso viene de uno mismo, del «yo sí puedo».
En la psicología positiva no se niega lo negativo, simplemente se refuerzan las fortalezas, porque dejarse caer en un pozo sin fondo no es la mejor manera de superar una crisis.
Y ese proceso de superación le lleva a uno a construir una parte de sí mismo más fuerte. Entonces, aprende una serie de herramientas y estrategias que le van a ayudar en un futuro a poder superar otras situaciones adversas.
¿Cuáles son esas diferentes etapas de la resiliencia?
Frente a cualquier situación está el detonante, el estímulo adverso al que tenemos que adaptarnos y hacer una serie de cambios radicales, en este caso.
La primera etapa seria: quedarnos en casa, informarnos sobre qué significa esta crisis y cuáles son los efectos. Poco a poco, vamos recibiendo esa información, que vamos interiorizando. Eso produce miedo, inseguridad, dudas, ansiedad, sobre todo al principio.
Después hay un proceso de adaptación: ¿Qué puedo hacer en mi día a día para sobrevivir? Cómo me voy a organizar para alimentarme? ¿Cómo voy a conseguir dinero? ¿Cómo voy a trabajar? ¿Qué puedo hacer si me quedo sin trabajo? Entonces uno empieza a planificar y a organizarse, adaptándose a la circunstancia. Todo ello produce un nivel de estrés y de ansiedad altísimos. Hasta que llega un momento en que los hábitos se vuelven automáticos a través de la repetición, y nos acostumbramos.
¿Cómo podríamos llevar mejor este confinamiento?
– Quedar con amigos por videollamada
– Incorporar algo de deporte
– Incorporar momentos de ocio en los que podamos soltar una carcajada
– Decidir en qué momento del día vemos noticias
– Asumir que esto es una nueva forma de vida y hay que crear una nueva forma de proceder
Y finalmente, ¿Qué consejo podría brindar a la población en estos tiempos de pandemia?
Que definitivamente yo no sé lo que va a pasar porque no tengo una bola de cristal, pero sí tengo la certeza que nos vamos reinventar, que nos vamos a reconstruir y que lo vamos a superar. ¿En cuánto tiempo? Pues no lo sé. Eso no lo sabe nadie.
No va a ser fácil. Va a ser lento y tendremos que arrimar mucho el hombro, unos más que otros y muchos necesitarán ayuda psicológica. Pero si hay algo que me queda claro y de lo que no tengo la menor duda es que lo vamos a superar.