Uno de cada cien niños peruanos ha perdido a su padre, madre o abuelos apoderados por causas asociadas al COVID-19, una realidad que sitúa a Perú como el país con la mayor tasa de niños huérfanos del mundo por la pandemia y lo obliga a fortalecer a marchas forzadas su sistema de protección a la infancia.
El país andino afronta ahora el enorme reto de mitigar los impactos de estas pérdidas sobre una generación que se ha vuelto más vulnerable a caer en la pobreza, interrumpir sus estudios y sufrir violencia.
Así lo sostuvo Patricia Ames, directora de la carrera de Antropología en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), al comentar el estudio “Estimaciones mínimas mundiales de niños afectados por la orfandad asociada al COVID-19 y la muerte de los cuidadores: un estudio de modelo”.

Este informe, publicado por la revista The Lancet, analiza las cifras de los menores de edad que perdieron a un cuidador primario por el coronavirus en 21 países que concentran el 77% de las muertes oficialmente registradas por el COVID-19 en el mundo.
Los hallazgos estiman que, a escala global, más de 1.13 millones de niños perdieron al menos a uno de sus padres, abuelos o cuidadores por causas relacionadas con el virus.
Y Perú encabeza la lista, con una tasa de 10.2 menores en estado de orfandad por cada 1,000, muy por delante del resto de países azotados por este drama, como Sudáfrica (5.1), México (3.5), Brasil (2.4) y Colombia (2.3).
Son 98,975 niños peruanos afectados, de los cuales 73,000 corresponden a la pérdida del padre y cerca de 20,000 de la madre.
Fuente: Diario Gestión