El impacto económico de las protestas sociales y el lento crecimiento del PBI en los países de Latinoamérica impiden reducir los niveles de pobreza en la región, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Para el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Salazar-Xirinachs, advierte que la mala política en los países puede afectar a la economía.
“Nosotros reflexionamos sobre la gobernanza y la calidad de las instituciones, y hay que entender que la mala política puede matar la economía. Cuando los países entran en círculos viciosos de protestas sociales y desestabilización política, la economía sufre mucho”, afirmó.
Solo en el caso de Perú, indicó que existe un ambiente díficil para el diálogo en medio de las protestas. “La polarización extrema, las crisis de constitucionalidad y los cambios muy frecuentes de gobiernos siempre terminan desbordándose al campo económico. Es un reto político que las fuerzas sociales y los gobiernos lleguen a acuerdos para volver a la estabilidad», agregó.
El representante del organismo sostiene que la región sufre un crecimiento económico «estructuralmente bajo» y que no se puede achacar sólo a la pandemia o a las repercusiones de la guerra en Ucrania, aunque estos eventos evidentemente no ayudan.
Las últimas proyecciones de la CEPAL indican que este 2023 Latinoamérica crecerá aún menos que el año pasado, un 1.3 % frente al 3.4 % que se proyectó para el 2022.
Esto impedirá a la pobreza bajar del umbral del 32% este año, afectando a 201 millones de personas. La CEPAL señala que la única noticia positiva en el ámbito económico es que se espera que la inflación no siga subiendo durante este 2022, aunque advierte que se mantendrá elevada. Si se cumple, esto relajará la presión sobre las tasas de interés, que también podrían ya haber alcanzado su tope.