Pedro Castillo candidato presidencial por Perú Libre firmó un “Compromiso” de 10 puntos en el cual intenta suavizar varias de sus cuestionables promesas de campaña.
En compañía de su nueva aliada, Verónika Mendoza, con quien firmó un acuerdo político con Nuevo Perú y Juntos por el Perú, Castillo busca presentarse a la segunda vuelta con una hoja de ruta para coquetearle a la izquierda limeña pero cayendo en contradicciones.
El papel aguanta todo
Castillo reitera su postura de convocar a una Asamblea Constituyente; para ello, “me comprometo que se hará dentro del marco jurídico vigente. Nunca más golpes de Estado”, escribió.
Sin embargo, el último fin de semana, el dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, anunció que conseguirán una nueva Constitución “no por la vía Congresal”, sino al caballazo, es decir, cerrando el Congreso si le negaran el voto de confianza tras presentar un proyecto, o con la recolección de firmas.
Dichas modalidades fueron consideradas inconstitucionales por juristas como Óscar Urviola, Víctor García Toma y Aníbal Quiroga.
Por otro lado, Castillo también se compromete a defender “los derechos humanos de todos los peruanos y peruanas”. Pero ese compromiso choca directamente con lo que dice el ideario de Perú Libre, en el que se cuestionan los tratados, entre ellos los de derechos humanos porque “nuestra soberanía jurídica está abdicada a favor de tribunales internacionales. La obligación del Estado socialista es cambiar esa realidad”. Es más, rechaza al Sistema Interamericano de DD.HH. Pero también colisiona directamente con su propuesta para desactivar la Defensoría del Pueblo y el Tribunal Constitucional.
En su compromiso firmado ayer, dice: “No puede existir democracia sin libertad de expresión, el respeto a las minorías y el respeto a los derechos humanos”.
No obstante, el lunes, en Bagua (Amazonas), Castillo arremetió contra los medios de comunicación. “¿Qué medios de Lima les dicen la verdad? dicen cosas basura, porquerías”. Y en el ideario amenaza a medios de comunicación.
Anoche se detuvo en la Avenida Javier Prado para cuestionar los carteles que critican el comunismo. “¿Qué están informando ustedes?”, increpó a los periodistas rehusándose a responderles interrogantes.
Al referirse al respeto a las minorías, no precisa si alcanza a la comunidad LGTBI. Pero, el 6 de abril, Castillo dijo estar en contra del matrimonio igualitario porque “primero está la familia”.
En otro punto “condena al terrorismo y al narcotráfico”. Sin embargo, no ha aclarado hasta ahora sus vínculos con Movadef que denunció el exministro del Interior Carlos Basombrío, y, por el contrario, ironiza sobre el tema los mítines. Además, entre sus virtuales congresistas está Guillermo Bermejo, cuyo juicio por terrorismo arranca este 18 de mayo y quien anuncia que impulsará un proyecto para expulsar a la DEA del Perú.
Castillo dice ahora que “reforzará al TC, la Defensoría y los organismos reguladores”.
Pero el 14 de marzo, en Agenda política, dijo que desactivaría el TC. El 19 de ese mes, igualmente amenazó la Defensoría. Y el martes último, en Nueva Cajamarca y Moyobamba, reiteró que desactivará la Sutran.
Ayer firmó que no hará nada de eso pero el martes, en Yurimaguas, dijo: “no voy a cambiar mi discurso. A mí nadie me pone una agenda. Nadie nos va a marcar un discurso para que luego digan cómo he cambiado”. Es decir el papel aguanta todo con tal de tomar el poder.
Fuente: Perú 21