En nuestro país, durante los últimos días, las autoridades y especialistas de la región Cusco han lanzado una serie de alertas, debido a que se tiene proyectado que, en tres meses, la región histórica y turística más importante del país podría quedarse sin agua potable para consumo humano ante la preocupante situación que atraviesa la laguna Piuray. Esto ha ocasionado mucha preocupación en la población.
Para el biólogo Dr. Paolo Amaya Alvarado, docente de la Universidad César Vallejo (UCV), la escasez de agua en la región Cusco se estaría atribuyendo a los impactos provocados por la presencia del Fenómeno El Niño y el temible cambio climático, puesto que sus actividades están relacionadas con el factor animal, la vegetación y otros elementos que requieren de dicho recurso y que representa la base para muchos procesos productivos.
La Libertad y otras zonas del país podrían verse afectadas
Amaya Alvarado afirmó que este problema de carencia del recurso hídrico puede replicarse en otras regiones del país, entre ellas La Libertad, debido al Fenómeno El Niño, anunciado para fines de este año, además de estar viviendo una crisis hídrica.
“Existe una posibilidad de gran similitud en muchas regiones del país y claro que La Libertad no sería la excepción, ya que el abastecimiento de agua proveniente de las zonas altas estaría atravesando su peor momento”, señaló.
En ese sentido, el biólogo recalcó que estamos en un escenario de cambio climático que afectará a las regiones que forman parte de las zonas altoandinas y se estima que progresivamente se disminuyan los caudales de los principales ríos que son los proveedores de agua para consumo humano.
Asimismo, el Dr. Amaya afirmó que una posible declaratoria de estado de emergencia en la región Cusco por déficit de agua sería un buen punto de partida, debido a que se le otorgaría la importancia a hechos que ponen en riesgo la vida y su biodiversidad. Sin embargo, precisó que se debe reforzar una gestión con estrategias sostenibles que permitan mitigación y adaptación, ya que desde 2015 lo exigen la ONU, OEA, CEPAL y otras instituciones que exhortan a realizar acciones en defensa del ambiente y la vida en general.
“El Gobierno central junto con los regionales, locales y sus alianzas con la sociedad civil organizada, deben mostrar a la población la importancia del cuidado del agua y sus posibles limitaciones frente a hechos como sequías, una alta promoción del consumo responsable que nos permita llegar a tener salud y bienestar, y con ello ciudades sostenibles, y formular acciones estratégicas en base a mitigación y adaptación. La pérdida de consciencia ambiental, sumado al individualismo, ha llevado al ser humano a una autodestrucción, es por ello que solo los más fuertes resistirán escenarios de gran pérdida”, sostuvo el experto.