Más de 5.000 personas completamente vacunadas en Estados Unidos contrajeron coronavirus, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Las personas vacunadas y el coronavirus
Una noticia que dio la vuelta al mundo despertando diversos tipos de reacciones es sobre los datos que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
En un correo electrónico, los CDC revelaron que se habían producido 5.800 casos de COVID-19 en personas que habían completado su vacunación en Estados Unidos, de los cuales, 396 fueron hospitalizados y 74 de ellos fallecieron.
Debido a la sorpresa que causó en muchas personas que alguien que esté completamente vacunado pueda enfermarse, hospitalizarse y hasta morir de COVID-19, hoy veremos cómo se explica ese aparentemente paradójico fenómeno.
¿Qué es la eficacia de una vacuna?
Recordemos que en la fase 3 de la etapa clínica del desarrollo de vacunas se invita a miles de voluntarios para que participen en un estudio, en el cual se enfrenta la candidata a vacuna contra un placebo, y se calcula la eficacia de la vacuna en prevenir la enfermedad o sus complicaciones.
Es decir, es en la etapa 3 que se determina el primer término que queremos aclarar hoy: la eficacia de una vacuna.
El concepto fundamental para entender la eficacia de una vacuna es saber que los estudios de fase 3 están regidos por protocolos de investigación muy controlados, en los que los investigadores escogen cuidadosamente a los participantes del estudio.
En otras palabras, con el objetivo de tener una población homogénea y facilitar la comparación de los resultados, los participantes de los estudios de fase 3 son personas más o menos escogidas, de las que se excluyen muchas veces a mujeres embarazadas, niños, personas muy ancianas o con enfermedades preexistentes.
Al concluir el estudio de fase 3, se compara el número de casos de la enfermedad ocurridos en el grupo que recibió la vacuna y en el grupo que recibió el placebo, concluyéndose que la vacuna es eficaz si los casos de enfermedad ocurridos en el grupo que recibió la vacuna son mucho menores que en el grupo que recibió el placebo.
Para Pfizer/BioNTech, por ejemplo, su eficacia ha sido calculada en 95% y para Moderna, de 94,5%, teniéndose que la de AstraZeneca está en 82,4% y para Johnson & Johnson, 72% en Estados Unidos, 66% en América Latina y 57% en Sudáfrica.
¿Qué es la efectividad de una vacuna?
Efectividad es un concepto completamente diferente e implica el uso de la vacuna en la vida real. Es decir, fuera de un estudio de investigación.
Recientemente, se han empezado a publicar estudios de efectividad de las vacunas. Los primeros de los cuales vinieron de Israel, país que además de vacunar activamente a sus habitantes está estudiando cuánto sirven las vacunas, es decir, su efectividad.
En uno de ellos, investigadores del plan de salud Clalit de Israel estudiaron a 1,2 millones de personas vacunadas, de las cuales 600.000 recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech y 600.000 no, comparándose la frecuencia de casos sintomáticos de COVID-19 y los casos graves de la infección.
Comparados con los no vacunados, la frecuencia de enfermedad sintomática fue 94% menor y de enfermedad severa, 92% menor en personas vacunadas, en comparación con las no vacunadas.
Esos números, 94% y 92%, se denominan efectividad de la vacuna, no eficacia.
La diferencia entonces es que la eficacia se calcula en un ensayo clínico controlado en el que se escoge qué tipo de voluntarios participan, y se compara la vacuna contra un placebo. Mientras que la efectividad se calcula vacunando a todo tipo de personas en la vida real, y se comparan los vacunados contra los no vacunados.
Entendida la diferencia entre eficacia y efectividad, es muy importante también entender que ninguna ni la eficacia ni la efectividad llega al 100%. Es decir que no existe una vacuna 100% eficaz ni 100% efectiva.
¿Qué ocurrió en Estados Unidos?
Volviendo entonces a la noticia de que se habían producido 5.800 casos de COVID-19 en las personas vacunadas, es muy importante saber que esos casos ocurrieron entre aproximadamente 66 millones de estadounidenses completamente vacunados hasta el 8 de abril.
Haciendo un simple cálculo, vemos que esos 5.800 casos representan el 0,009% de los 66 millones de vacunados. Lo que significa que la enfermedad no ocurrió en el 99,991% de los vacunados.
Con relación a las características de los 5.800 casos, los CDC informaron que poco más del 40% de las infecciones ocurrió en personas mayores de 60 años, 65% en mujeres y 29% fueron casos asintomáticos, siendo algo nuevo y diferente a los casos descritos en Israel que no todos los enfermos desarrollaron enfermedad leve.
Sabiendo que existen variantes del SARS-CoV-2 que pueden no ser sensibles a los anticuerpos neutralizantes producidos por las vacunas, los CDC informaron que están monitoreando los casos reportados para agruparlos por datos demográficos del paciente, ubicación geográfica, tiempo desde la vacunación, tipo de vacuna o número de lote y linaje del SARS-CoV-2.
Y, por último, en relación con los 396 hospitalizados y 74 fallecimientos ocurridos en las personas vacunadas, y sobreentendiendo que cada vida humana es preciosa, es fácil calcular y valorar el número de hospitalizaciones y muertes que hubieran ocurrido en ese grupo de 77 millones de personas si no se hubieran vacunado.
Fuente: CNN en Español