El conductor peruano, Aldo Miyashiro, admitió, en una entrevista, que fracasó en su matrimonio con Érika Villalobos y lo que le importa es que la madre de sus hijos sea feliz. Por su parte, la actriz señaló que no tiene odio en su corazón para el ‘Chino’ y ahora que están separados se llevan mejor.
“Decidí dedicarme a trabajar porque las cosas pasan, los problemas están ahí y nos van a pasar a todos. Uno elige o me caigo o me levanto. Entonces hay que trabajar, hacer las cosas que nos mantienen ocupados porque también eso te levanta, te saca y te anima, y finalmente fue un año hermoso”, agregó.
De otro lado, Érika afirmó que no le guarda rencor a Aldo y se lleva bien con el conductor.
“(Con Aldo) nos llevamos muy bien y es muy bonito que dos personas, que en este momento no tienen una relación sentimental, amorosa, se lleven bien. Las personas siempre debemos tratar de tener paz en nuestro corazón y creo que hoy nos llevamos mejor. Lo que está ocurriendo es que mucha gente quiere que yo odie (a Aldo). Yo no voy a odiar porque no quiero, mi corazón no tiene cabida para el odio. Me molesta mucho que a la gente no le afecte decir cosas tan duras, no sé por qué alguien quisiera hacer que otra persona se sienta mal, no lo entiendo y lo otro es que alguien hable sin saber nada, nadie conoce mi vida real, solo yo”, indicó.
Aldo Miyashiro: “El peor año de mi vida”
Por su parte, Aldo Miyashiro señaló que fue un año difícil y todo lo que ha vivido no se lo desea a nadie.
“Ha sido un año y medio muy difícil, complicado por todo lo que ha sucedido, además perdí a mi madre. Entonces es un año que si bien profesionalmente para mí fue muy bueno, personalmente fue el peor año de mi vida, quizás también me ha dado mayor resistencia. Pedí perdón, creo que con muchísima culpa, también con muchísima humildad y sin ninguna pretensión, más allá de que se me perdone y poco a poco fui sintiendo que podía respirar”, manifestó.
Luego agregó: “Todo lo que he vivido no se lo deseo a nadie, creo que nadie está hecho para resistir lo que se tiene que resistir. Cuando pasa algo así ojalá, nunca nadie decida hacer algo en contra de sí mismo porque ahí nos vamos a cuestionar lo que estamos haciendo al atacar a alguien que en ese momento está en el piso y no tiene las armas para defenderse. Yo quiero que entendamos que la única forma es saber que después del dolor viene la posibilidad de sanar y a mí me importaba mucho que Érika sea feliz…. quizás el legado emocional que podamos dejar a nuestros hijos es ‘mira, nosotros no pudimos, fracasamos como pareja, la responsabilidad es más mía’. Evidentemente fracasamos, pero mira, tus padres que ahora están separados tienen la posibilidad de trabajar juntos, de hablarse, de reírse, porque más allá de que no estemos juntos siempre vamos a jugar para el mismo equipo que es el de nuestros hijos”, finalizó.